Desde su infancia aventurera y sus sueños, hasta sus logros en el mundo de la tecnología e innovación, esta historia te invita a explorar el inspirador camino de “El Colo”, un emprendedor que fue transformando sus sueños a lo largo de su camino, y se enfocó en impactar en la sociedad mediante software de calidad.
“No basta con querer: debes preguntarte a ti mismo qué vas a hacer para conseguir lo que quieres” es una frase que se le atribuye al ex presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt y que sintetiza el espíritu de Fabián Baptista, también conocido como “El Colo”.
Su historia de vida es simplemente apasionante: audaz, estratégico, pujante y emocional, Fabián se halla siempre en movimiento y en búsqueda de formas de aportar a la sociedad desde la innovación y la tecnología.
Nació en 1983 en Paysandú, Uruguay, en el seno de una familia amorosa guiada por su mamá y abuela, quienes criaron a Fabián y su hermano, y también un padre que tuvo siempre gran presencia en su vida.
“Tengo 2 hijos adorables, Marcos (21) y Emma (4), los cuales son lo más importante de mi vida junto a Gise, mi persona favorita en este mundo. Mi vínculo con mi hermano, Esteban Gabriel, es simplemente hermoso. Tenemos la suerte de tener a nuestra mamá bien de salud, lo que le permite disfrutar de sus 4 nietas. Ni que hablar de su pareja, el gran Ruben, un maestro que llegó a la familia para unir las distancias”, relató.
Fabián vivió en Paysandú hasta los 18 años, cuando se instaló en Montevideo para estudiar: “Emotivo desafío para todo estudiante del interior venir a ’la gran ciudad’. Por suerte, fuimos criados como personas bastante independientes. Desde los 8 años yo ya sabía cocinar lo básico, eso en combinación con la encomienda que llegaba de la familia cada 15 días nos hacía la vida más fácil”, recordó.
Los inicios de “El Colo”
– ¿Cómo caracterizarías tu infancia?
Preciosa. Tengo recuerdos de estar horas y horas jugando en muchos barrios diferentes, casas de primos, actividades salvajes en arroyos o en el río Uruguay peleando con mi hermano en el fondo de casa, jugando al fútbol en algún campito, o escondiendonos en las alcantarillas de boca de tormenta.
A mi mamá se le complicaba bastante criarnos a los 2, eramos bastante inquietos e intensos. O según ella, ácidos. Pero era una época en la que era completamente normal ir a la escuela solos, pedir fiado en algún almacén. Cuando agarrábamos la bici, podíamos escaparnos y recorrer la ciudad de punta a punta, incluso de noche, sin ningún temor más que el de los ‘enemigos’ del barrio.
– ¿Con qué soñabas?
Hice mucho deporte, fútbol, karate, waterpolo, en ninguno me iba muy bien, lo mío parecía ser el arte, pero la verdad es que no lo disfrutaba tanto ni soñaba con eso. A los 12, me gradué de profesor de órgano con honores, pero tampoco era lo mío. De hecho, nunca más agarre un teclado que no sea de PC.
Yo soñaba con ser astronauta. Pero eso cambió cuando tuve la oportunidad de ir a la NASA. Creo que fue en el 95’, mi mamá nos llevó al Centro Espacial Kennedy en Florida. Cuando vi a qué dedicaban la mayor parte de su tiempo los candidatos y las pocas chances que tenían de llegar a la luna, me desencantó. No entendía realmente lo que significaba investigar, y fui perdiendo interés.
– ¿Cómo nació tu espíritu emprendedor?
Mi mamá es una emprendedora brutal, acostumbrada a salir adelante sola. Arrancó reciclando plástico y material desechable de hospitales mientras estudiaba para graduarse como dentista. No solo logró finalizar sus estudios de esa manera, sino que comenzó a trabajar en pequeños consultorios en distintas ciudades y luego logró tener uno propio. Más adelante, montó una clínica respetable, primero con una socia, y luego en forma independiente.
– ¿Hubo algún evento de su vida que te haya marcado especialmente?
A mediados de los 90’, muchísima gente en pueblos obreros del interior de Uruguay no tenían acceso a dentistas. Mi mamá compró un ómnibus, lo aparcó en el fondo de casa, armó un taller de chapa, pintura, herrería y carpintería, y lo transformó en un consultorio móvil. Tengo muy lindos recuerdos yendo a lugares remotos como copiloto. A raíz de un convenio que hizo con algunas fábricas, logró darle asistencia odontológica a cientos de familias alejadas de la ciudad durante años.
– Sus acciones marcaron tu camino y dejaron una huella imborrable. ¿Cómo impactó tu papá en tu espíritu emprendedor?
Muchísimo, aunque de manera diferente. El trabajó desde los 17 hasta los 65 en la misma zapatería. Tenía un cargo de gran responsabilidad, que implicaba comprar en ferias internacionales, además de liderar ventas y personal en la casa matriz. Aún así, con frecuencia tenía que ir a trabajar a la madrugada, para dejar prontas las vidrieras. Y siempre me decía: “laburá para vos, aunque no ganes tanta plata, es mucho mejor ‘mijo’”.
Un camino lleno de apasionantes desafíos
Desde chico, más que nada a través de los videojuegos, tuvo una gran atracción por la computación. Con solo 10 años, programó usando la hoy antigua plataforma “Amigos Logos” y fue “gamer” de Atari. Tuvo la “suerte” de tener amigos en el barrio que tenían Nintendo, a los cuales esperaba durante horas para que se despertaran de la siesta con tal de poder jugar.
Ya a sus 16 años, comenzó a programar en Pascal, uno de los lenguajes de programación más influyentes y educativos de esos tiempos, y luego en Visual Basic. Mucho después, en 2001, se inscribió en la Universidad de la República en Uruguay para estudiar Ciencias de la Computación.
Con el vivo ejemplo de su mamá, las palabras de su papá que nunca se borraron de su mente y la tranquilidad de tener respaldo familiar, cuando el Colo empezó a estudiar lo hizo con una fuerte idea en su cabeza: quería convertirse en un emprendedor.
Claro que esto implicaría un gran cambio en su vida, mudarse a la “gran ciudad”, y empezar a tener muchas más responsabilidades siendo adolescente y estando solo, lejos de su familia. Lo cierto es que si bien sabía que no sería fácil, esto lo motivaba muchísimo.
“Sentía una gran sensación de libertad, algo como ‘ahora estoy haciéndome hombre como yo quiero’. Afortunadamente, tenía todo lo que necesitaba. Lo difícil era separarme de la mayoría de mis amigos, de mi barrio y especialmente de mi novia”, recordó.
Muchas veces, sus amigos le decían que era muy arriesgado. Pero él lo veía al revés: “¿Qué era lo peor que podía pasar? ¿Fracasar y arrancar de nuevo? ¿Tener que salir a buscar trabajo? Cuando las necesidades básicas están a salvo, no se necesita mucho coraje para tomar nuevos rumbos”.
“Papá adolescente”
Completamente instalado en Montevideo, con 18 años, Fabián se enteró de que sería papá. Pragmático, responsable y determinado, el Colo y quien había sido su novia hasta antes del inicio de su vida universitaria decidieron juntarse nuevamente para criar a su nuevo gran amor, Marcos.
Hasta el momento, el Colo llevaba una cómoda vida de estudiante, laboriosa, con mucho estudio, pero también confortable. “Ahí sí que fue difícil. Pasé de ser estudiante a tiempo completo a criar un hijo, salir a laburar, y estudiar en segundo plano”, rememoró.
“Más allá de todas las dificultades, traer al mundo a un hijo tan joven me aportó cosas invaluables que siempre vivirán en mí. Estoy seguro de que de otra manera no hubiese corrido con tanta suerte en mi vida”, profundizó.
Desde su primer emprendimiento hasta la creación de Abstracta
Entusiasta nato y siempre lleno de ideas, el primer emprendimiento con el que logró facturar se dio mientras estaba estudiando, junto con 2 amigos de la facultad: Nicolas de Maio, hoy Tech Director en Globant; y Fernando Martinez, hoy CEO de Big Cheese.
“Hicimos una empresa de desarrollo basado en tecnología Microsoft para el agro. El sistema consistía en gestionar el ciclo de vida de un lote de ganado, desde que se inscribe y se certifica, hasta que es validado y se generan las revistas impresas”.
Este proceso lo llevó adelante uno de los remates de pantalla más grandes de Uruguay, y le sirvió para ganar confianza en sus capacidades de entender problemas y resolverlos con ingeniería.
En 2004, comenzó a trabajar para la empresa Quanam, una consultora internacional de origen uruguaya que tendría un gran impacto en su vida como emprendedor: “La cultura de calidad, el ambiente de trabajo y proyectos desafiantes me dieron la oportunidad de conocer cómo trabajaban grandes empresas en otros países, y tomar perspectiva y confianza en nuestra educación y capacidades”.
Allí, se desempeñó como consultor técnico para la implantación del módulo financiero de un ERP durante 3 años. En este camino, viajó por diferentes países, tales como México y Brasil, y vivió unos meses en Brasil. Viajar no solo era algo que disfrutaba, sino que era una manera de poder ganar más dinero y experiencia para su desarrollo profesional.
Su rechazo a una gran oferta
La carrera de Fabián marchaba maravillosamente cuando recibió una propuesta que parecía indeclinable: un trabajo “impresionante” con un sueldo que triplicaba el suyo y le permitía radicarse en Copacabana, que tanto le gustaba. Pero había algo muy adentro que lo movilizaba demasiado…
“Dije que no. Dejé todo, y volví a Uruguay por mi hijo, que recién empezaba la escuela. Yo sabía que mi viaje sería temporal, justamente por él. Y además porque quería emprender. Tal es así que volví, y creamos Abstracta”.
Todo sucedió tras una simple llamada telefónica, en 2007. Esa tarde, luego de sonar el teléfono, ya nada volvería a ser igual. Era su amigo Matías Reina (hoy CEO de Abstracta) quien lo llamaba desde Uruguay, ex compañero de la universidad.
“Me llamó para contarme sobre una idea de test automation y GeneXus, quería alguien que ayudara a desarrollar la solución. La verdad es que, en un principio, la idea no me motivaba tanto como la oportunidad de hacer algo juntos y arrancar ese camino de emprender lo antes posible”.
Matías Reina aún recuerda las palabras exactas que pronunció el Colo en esta conversación telefónica: “No tengo idea de testing, no sé si lo que me decís va a ser exitoso o no, pero si vos me decis que va a estar bueno, le metemos”.
Así comenzó todo…
Fabián emprendió rumbo a Uruguay para emprender junto con Matías y Federico Toledo. Se presentaron en el Fondo Emprender, una iniciativa pionera en Uruguay de inversores para capital semilla en base. Ganaron un premio de U$S 2.500 que los ayudó a empezar.
El Colo fue el primero en dejar su trabajo para dedicarse a tiempo completo a desarrollar la idea y crear Abstracta. Tenía todas las incertidumbres posibles, y una única certeza: estaba comenzando un viaje de ida que cambiaría por completo su destino y el de sus amigos, y estaba decidido a hacer que valiera la pena.
Aún así, él no tenía interés real en testing, en la universidad lo había aprendido como una actividad rutinaria de verificación, lo cual le resultaba “tedioso y aburrido”.
– ¿Cómo encontraste esa motivación?
Trabajando con amigos, creando la empresa desde cero, dejando mi trabajo para comenzar un nuevo sueño. Me motivaba desarrollar una herramienta que hiciera que lo aburrido y tedioso del testing pueda automatizarse. Me resultaba estimulante eliminar las partes tediosas del proceso de desarrollo, y dar herramientas a gente no técnica para lograr que su aporte sea más significativo.
Construir software de calidad es un gran desafío de ingeniería, y con el tiempo pude darme cuenta que hacer testing de calidad es parte fundamental de ese camino.
Y a partir de allí, pasó de todo: creaste un sistema para seguir emprendiendo, también te enamoraste…
Tal cual. Tuve la posibilidad de emprender otros proyectos de negocio, todos relacionados a tecnología y calidad: Monkop, upCamp y Apptim. Hace más de un año ya que estamos innovando constantemente con AI Transformation, generamos herramientas y copilotos que están transformando procesos, resultados en diversos sectores. Todo ello está ampliando los horizontes de nuestros proyectos, y de nuestros sueños.
En este camino, conocí a Gise. Nos vimos por primera vez en 2009, en una reunión con GeneXus que tuvimos con Mati. Es una mujer totalmente excepcional, la más linda y mejor persona que conozco. Estamos juntos hace 10 años. Es quien más me ha cultivado, y me siento muy afortunado de compartir la vida con ella.
Otras voces
– ¿Cómo ha influido el liderazgo de Fabián en el ambiente laboral y en los proyectos de Abstracta?
Matías: Fabián tiene un enfoque pragmático que logra que nos enfoquemos en generar valor. En los equipos muchas veces toma el rol de hacer las preguntas difíciles e importantes. Desde el amor por Abstracta y su equipo y con gran firmeza, muchas veces logra que nos sintamos en un lugar incómodo que nos moviliza a un mejor lugar. También genera una gran confianza de manera rápida en el equipo y los partners. Su influencia en los proyectos de Abstracta es sin dudas desde el hacer, desde el conocimiento y la innovación logrando que los nuevos proyectos se concreten.
Sofía: Es un gran líder y se preocupa siempre por que el equipo esté motivado y conectado con su propósito. Desde su visión de negocio combinada con su experiencia técnica, logra aportar una visión que nos ayuda a cuestionarnos y crecer como equipo y empresa. Siempre busca maneras de mantenernos a la vanguardia de la innovación con un fuerte compromiso con aportar valor a nuestros proyectos.
Federico: Soñador pero pragmático, seguro de sí mismo pero con mucha humildad técnica. Deja clara su visión y lo que piensa pero con mucha empatía y abierto a escuchar y entender para converger ideas. Trabajar de cerca con Fabián tantos años realmente ha influido mucho en mi forma de ver y atacar los problemas, y creo que eso lo logra con cada persona con la que trabaja y colabora.
– ¿Podrías dar ejemplos de cómo su enfoque hacia la innovación y la tecnología ha impactado en el desarrollo de la empresa?
Matías: Desde el comienzo, cuando arrancamos con la idea de GXtest, hablábamos de solo eso, una idea. Fabian fue el primero qué apostó 100% a Abstracta y se puso manos a la obra a construirla y llevarla a un producto. Más recientemente, con el surgimiento de ChatGPT y GenAI, fue un gran catalizador para lanzar nuevos productos, difundir la tecnología entre el equipo y lograr qué Abstracta genere valor de manera rápida con la utilización de GenAI.
Sofía: Fabián ha participado en la incepción de todos los productos creados desde el área de R&D en Abstracta, asi como nuestros spin-offs. La creación de propiedad intelectual es parte del ADN de Abstracta y nos posiciona como partners estratégicos en la cocreación de software de calidad. Fabián ha sido una pieza fundamental en esta propuesta de valor y ha logrado aportar valor en muchos clientes a lo largo de los años.
Federico: Al querer aprender algo de tecnología y pensarlo desde el lado del testing y de cómo volcarlo a los servicios de Abstracta, al conversar con Fabián logro aprender de cómo se construye e innova, y juntos vamos refinando las ideas para pensar cuál sería el verdadero valor del tester aportando en ese proceso. Esto me ha pasado desde que comenzamos Abstracta, y recientemente con temas de observabilidad o de GenAI. Agradezco tanto por compartir juntos en este camino. Poder tener su mirada en esto me da más claridad y seguridad al pensar en cómo diseñar nuestros servicios de calidad, y esa es otra de las formas en las que impacta en la empresa con su enfoque hacia la innovación.
– ¿Cómo han impactado las iniciativas de Fabián en la comunidad local y en el sector social?
Matías: Fabián colabora con nuevas empresas con asesoría en base a su experiencia buscando acercarle conocimiento y también contactos para qué puedan crecer. Vibra con la tecnología y su impacto positivo en nuestro día a día.
Sofía: Aporta su visión y experiencia como mentor en todas las iniciativas que impulsamos desde Abstracta con el fin de tener un impacto positivo en la sociedad. Le importa mucho poder dar oportunidades a quienes hoy no las tienen y resolver problemas sociales a través del uso de la tecnología.
Federico: Se lo ve siempre muy enfocado en el software y en cómo mejorar las vidas de las personas a través de la tecnología, pero al mismo tiempo disfruta colaborando como puede, desde tejer redes entre las personas que conoce hasta yendo a cocinar a un merendero barrial.
– Si tuvieras que definir a Fabián, ¿cómo lo harías?
Matías: Es una persona inteligente, íntegra, leal. Es un gran amigo, de esos que sabes que siempre puedes contar. Es muy trabajador, un jugador de equipo que te potencia y rema contigo en cada aventura.
Sofía: Es aventurero, optimista, siempre dispuesto a ayudar y un gran problem-solver. Es una persona que pone las necesidades de los demás antes que las suyas, un gran líder y amigo, con quien siempre da gusto compartir tiempo y, en particular, enfrentar nuevos desafíos con ganas y buena onda.
Federico: Es una gran persona y gran amigo, sincero, frontal, divertido, carismático, amoroso. Le gusta jugar con los niños como a ningún otro amigo he visto. Le gusta hacer, ya sea construir software o con la carpintería. Le gusta experimentar, desde tecnología nueva hasta kitesurf o parapente. Todos en la oficina nos tratamos de “querido”, él fue quien comenzó con ese modismo y lo fue contagiando. Creo que eso define mucho de su forma de ser y liderazgo, a veces sin intención o sin saberlo.
Fabián a fondo: ping pong en 1era persona
– ¿Cuál es para ti el mayor desafío de ser padre?
Lograr un balance para dar las mejores herramientas, mostrar el camino, poner límites y resistir. Los niños tienen la capacidad de hacernos transicionar entre diferentes estados como llorar, enojarnos y hacernos felices en pocos segundos, conocen nuestros puntos débiles, desafían al sistema y lo ponen a prueba permanentemente. Saber cómo guiarlos siendo conscientes del estado de madurez de cada uno.
– ¿Cuáles son los retos más significativos a los cuales se enfrenta la industria IT con los avances en IA de los últimos tiempos?
Propiedad intelectual, seguridad, confianza, ética y uso responsable. Hay muchísimos temas ampliamente difundidos sobre los principales desafíos. ¿En quién vamos a creer y confiar? No solo lo rápido que se está avanzando en el entrenamiento de distintos modelos y aplicaciones, sino también la velocidad con la que podemos construir cosas más complejas hará diferentes a las tarea de debugging y testing.
En el corto plazo, creo que el principal desafío es de calidad y confianza. ¿Qué modelos base elegir? ¿Hasta qué punto le doy autonomía? ¿Cómo introducir mejoras o aprendizajes sin romper lo que ya funcionaba bien? Es algo que desde la industria estamos acostumbrados a lidiar, pero ahora con un enfoque bien diferente y más caótico.
Hay cosas en las que el testing cobra gran relevancia: quizás podemos confiar en la IA para crear y ejecutar código, pero necesitamos confiar en humanos, asistidos por la IA pero no condicionados, para determinar la validez y veracidad de las cosas. Esto hace que el rol del tester cobre mucha importancia para velar por la calidad de las soluciones.
– ¿Cómo crees que la IA cambiará el panorama en los próximos 5 a 10 años?
10 años a este ritmo esto es una eternidad, me la juego a que en término de inteligencia nos sobrepase ampliamente. Es probable que en mucho menos tiempo, 3 años, tengamos que lidiar como sociedad con muchísimos dilemas que no tienen consenso. También hay temas fundamentales aún no han sido resueltos ni discutidos con seriedad como trabajo y automatización, renta mundial, regulaciones, centralización o apertura, y su uso en múltiples áreas como educación, salud e investigación.
La IA acelerará lo que ya la tecnología viene haciendo, por lo tanto cambiarán las habilidades necesarias para diferentes roles, como ya viene ocurriendo pero de manera más pronunciada y veloz.
– Hablando de cambios, ¿algo o alguien que haya cambiado tu vida?
Mis hijos. No creo que haya nada más cambiante e influyente que esto en la vida, pero eso es lo normal ¿no?. Dormís menos, trabajás peor, tenés desafíos y miedos permanentes, pero aún así por una extraña razón (a.k.a amor) la cuenta nos da positiva y es lo mejor que nos pasa en la vida. Gise me cambió la vida, disfruto de cosas que antes no disfrutaba, y me siento a gusto en casa, a gusto en el trabajo y a gusto con amigos. Disfrutar de la vida con alguien que siempre me apoya es una bendición y me hace feliz. ¡Mis socios, por supuesto! Ellos también me cambiaron la vida, elegirme y elegirlos cada año es maravilloso.
– ¿Con qué sueñas hoy?
Para mis hijos sueño un mundo más presente, con menos pantallas y fantasías, y más historias y momentos offline. Sueño que los momentos más difíciles para ellos los puedan tomar como aprendizaje y transformarlos en personas más fuertes y preparadas para que sean felices de adultos.
Sueño una Abstracta con proyectos más desafiantes, emocionantes y de alto impacto, con relaciones de calidad. Sueño con una empresa más humana que nunca, referente en inteligencia artificial en las que nuestro aporte haga la diferencia a mayor escala. Con más abstracteros y abstracteras por el mundo, y más historias dignas de contar.
Sueño con cámaras empresariales mucho más despiertas y actuando en bloque, preocupada por los temas que realmente importan y trabajando en pro de ello.
Con un país y una región con gobiernos más preparados para los desafíos que se vienen, que cuidemos de nuestras fortalezas como sociedad, con más y mejor educación, algo que repetimos desde que entramos a la facultad pero vemos cómo fracasan nuestros gobiernos, autoridades y maestros.
Sueño con que podamos dar el ejemplo y contagiar a otras culturas y comunidades con ideas que funcionen, mientras también aprendamos de otras para mejorar la nuestra.
Sueño con que la IA ayude a la comunidad científica a resolver muchos de los problemas que hoy en día son muy difíciles o costosos de resolver, que seamos capaces de tomar lo mejor de la tecnología para nuestro beneficio y no para anestesiarnos o sufrir de ella.
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