Abstracta cumple 15 años y decidimos develar su historia. Esta empresa es la fiel evidencia de cómo la educación es capaz de hackear al sistema y convertir los sueños de 3 estudiantes en realidad. ¿El resultado? El incremento de calidad de vida de quienes integran la empresa; el desarrollo de las comunidades en las que está inserta; la creación de partnerships capaces de maximizar resultados y optimizar negocios completos; y la mejora de la experiencia digital de los usuarios, mediante tecnologías de calidad que tienen incidencia directa en la vida diaria.
La historia de Abstracta es la historia de un sueño que se hizo realidad. 3 jóvenes estudiantes se hicieron amigos en la universidad mientras estudiaban Ingeniería en Computación y se animaron a soñar en grande.
Mientras estudiaban, Matias Reina y Federico Toledo trabajaban a la par en proyectos de testing de software en el Centro de Ensayos de Software (CES), y Fabián Baptista en la empresa Quanam. Hacían grandes esfuerzos para lograr cubrir sus gastos y poder seguir estudiando.
La creación de Abstracta llevó su tiempo y pasó por diferentes etapas. “En 2007, comenzamos a desarrollar un producto para pruebas automatizadas en GeneXus, y terminamos armando nuestra propia empresa. Así nació Abstracta, en agosto de 2008. Nuestro sueño original era convertirnos en una empresa de productos de testing, luego esta idea fue mutando y hoy en día hacemos muchas más cosas relacionadas a la calidad”, expresó Matías.
“Era una apuesta a hacer algo innovador, a trabajar con amigos, y poder definir nosotros mismos hasta dónde queríamos llegar”, agregó.
“Al arrancar, si bien siempre pensamos en grande, creo que no éramos capaces de imaginar lo que estamos viviendo ahora. La idea fue evolucionando y también los sueños. Sucede que al alcanzar nuestras metas, siempre volvemos a fijar el horizonte más lejos, apuntando a llevar a Abstracta, al equipo y a la región a lo más alto”, enfatizó Federico.
“Cuando comenzamos, no solo nos importaba lograr nuestros objetivos, sino también cómo alcanzarlos. No valía hacerlo de cualquier manera. A medida que se fue ampliando el equipo, sentimos la necesidad de explicitar ciertos valores, porque son nuestro norte”, rememoró Fabián. Y continuó: “Mucha gente se ha sumado en este tiempo y se han apropiado del proyecto, haciéndolo suyo, mejorándolo y potenciándolo. Todo esto es parte de lo que nos enorgullece”.
Fundación de Abstracta
Corría el año 2007. Federico Toledo, Simon de Uvaron y Matías Reina estaban trabajando en un proyecto en el CES, haciendo pruebas de performance para un sistema de banca uruguayo.
Todo comenzó una tarde después de salir del predio de Zonamérica en Montevideo, luego de una jornada de trabajo en la cual identificaron una clara necesidad de la industria para la realización de testing.“Queríamos crear un producto innovador con el fin de hacer más sencilla la automatización de las pruebas en aplicaciones donde era más complejo, como las hechas con GeneXus”, introdujo Matías. “Se nos ocurrió una idea, la empezamos a escribir en un papel y nos entusiasmamos”.
“Allí fue que comenzamos a experimentar, a discutir y a soñar. Plantamos por entonces la semilla de lo que luego sería Abstracta”, relató Federico Toledo. Y continuó: “Diseñamos la idea y la planteamos a la empresa en la cual trabajábamos. Pero la compañía tenía otro foco, y avanzamos por nuestra cuenta, trabajando fuera de horario y los fines de semana”.
En 2007, la Fundación Ricaldoni abrió un llamado para emprendimientos de bases tecnológicas, a través de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. Ahí tuvieron la posibilidad de hacer un curso en la Facultad de Ciencias Económicas y comenzar a armar un plan de negocios. Luego, Simón decidió irse a vivir a Alemania un tiempo, y no pudo continuar con el emprendimiento.
Fue entonces cuando Matias y Federico invitaron a sumarse a Fabián, compañero y amigo de la universidad. “Fabián venía de otro mundo e hizo una apuesta muy grande. Recuerdo que me dijo: ‘Yo no tengo idea de testing pero si ustedes me dicen que hay una oportunidad acá, yo le meto’”, recordó Matías. En 2008, Fabián empezó a desarrollar lo que sería el primer producto de Abstracta: GXtest.
– Con la semilla ya plantada, ¿quiénes los apoyaron para lograr concretar la fundación de la empresa?
Matías: Competimos en un concurso de planes de negocios del Fondo Emprender, una iniciativa del sector privado para promover la inversión en startups. Allí, ganamos un premio a mejor plan de negocios, lo cual vino con un cheque de 2500 dólares. Luego, tuvimos la posibilidad de acceder a un capital semilla de 50 mil dólares en el mismo Fondo Emprender, que era un préstamo. En ese mismo momento, accedimos a una ventanilla que tenía la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para promover Jóvenes Emprendedores, y ganamos una subvención de 20 mil dólares. Lo conversamos mucho, y decidimos aceptar esta opción en vez del capital del Fondo Emprender.
– ¿En qué invirtieron estos fondos?
Matías: Nos permitieron crear la empresa, formalizarla y pagar un alquiler para nuestra primera oficina. Tiempo después, logramos presentar nuestro prototipo (la primera versión beta del producto) en un evento internacional de GeneXus, “XVIII Encuentro Internacional de Usuarios GeneXus”. Allí nos dieron un premio a “producto innovador”. En ese momento, Nicolas Jodal, el CEO de GeneXus, nos dijo que teníamos un producto tremendo y eso nos motivó muchísimo. Tiempo después, firmamos un contrato de partnership que nos permitió contar con 40 mil dólares más de fondos para terminar de desarrollar el producto.
Los roles y tareas fueron cambiando a lo largo del tiempo, en el camino de consolidación de Abstracta. Al comienzo, Matías y Fabián eran los desarrolladores, y Federico el tester. Fabián fue el primero en dejar su empleo formal para dedicarse full time a Abstracta, en 2008, tras recibir el primer cheque del Fondo Emprender. Hasta ese momento, todo lo que hacían en Abstracta era algo extra a sus trabajos, que eran los cuales les permitían subsistir.
“Desde pequeño me sembraron la semilla de emprendedor, por lo que a pesar de estar trabajando en una muy linda empresa soñaba con dedicarme a algo propio. Siempre digo que fue una decisión muy fácil porque soy de las personas a las cuales les gusta tomar riesgos. Y de jovencito lo era aún más, siempre con apoyo de mi mamá. ¿Qué podía salir mal? Haber aprendido algo y volver a intentarlo o, en el peor de los casos, salir a buscar trabajo”, expresó Fabián.
Federico y Matías seguían trabajando en el CES, aunque redujeron la cantidad de horas. Estaban 6 horas allí y unas 8 en Abstracta. Fueron tiempos muy intensos. Con el tiempo, fue llegando el turno de todos, arriesgándose a avanzar en su propio proyecto, a cambiar el foco y expandirse.
Un viaje de ida
Cuando finalmente tuvieron un prototipo de GXtest funcionando, los fundadores de Abstracta se lo presentaron al CEO de GeneXus, Nicolás Jodal, Gastón Milano (CTO), José Lamas (encargado de los partnerships) y muchas otras personas del equipo.
Federico narró: “Luego de algunas conversaciones, terminamos firmando un acuerdo comercial que nos permitía dedicarnos de lleno a lo que sabíamos (construir el producto) mientras que GeneXus nos proveía de su experiencia y su red de canales para su comercialización y distribución”.
Así, en 2009, GeneXus comenzó a comercializar GXtest, el primer producto desarrollado por Abstracta y motor de su fundación. “De un día para el otro, pasamos a estar vendiendo en todo el mundo”, exclamó Federico.
En 2009 Federico viajó a Estados Unidos y participó del Encuentro GeneXus en Chicago. Fue ahí donde concretó la primera venta de una licencia de GXtest. De este modo, GeneXus USA se convirtió en la primera empresa cliente de Abstracta.
Ese mismo año, inauguraron la primera oficina oficial de Abstracta en Montevideo, Uruguay. Hasta ese momento, todo el trabajo lo hacían en jornadas de trabajo compartidas en sus casas y diferentes sitios.
En 2011, Federico emigró a España para realizar un Ph.D con foco en testing, lo cual se traduciría luego como un gran aporte para Abstracta. Desde España, Federico estuvo vinculado con Abstracta todo el tiempo, creaba contenidos, daba capacitaciones, incluso en España, y se dedicaba a forjar redes, generar comunidad.
“Estoy eternamente agradecido por el apoyo de mis socios en ese sueño personal que tenía: vivir afuera y conocer otra cultura, otros lugares, otras personas. Desde que planteé la idea, inmediatamente comenzamos a buscar formas para que pudiera estar alineado con lo que hacíamos en Abstracta”, relató Federico.
El mismo año, en Uruguay, nació el primer hijo de Matías y con su esposa pidieron un préstamo para comprar una casa. “El dinero no nos alcanzaba solo con GXtest. En ese momento, tuve qué decidir si buscar otro trabajo que me diera más ingresos o si dedicarme 100% a Abstracta. Fue una gran decisión familiar. Recuerdo grandes charlas en el living de mi casa junto a mi señora y mis suegros. No fue sencillo, pero decidimos arriesgarnos”, esbozó Matías.
Fue entonces que, con el fin de incrementar los ingresos, comenzaron a agregar el área de servicios en Abstracta, siempre en relación al testing y calidad de software. Y entonces GXtest dejó de ser el único foco de la compañía. Decidieron centrarse en un modelo de servicios y consultoría. GeneXus Consulting fue la primera empresa en confiar en el área de servicios de Abstracta.
En 2013, lanzaron Monkop (actual Apptim), una herramienta que analiza la performance de apps nativas. Con el tiempo, esta plataforma sería utilizada por múltiples grandes empresas alrededor del mundo, Japón incluido.
En 2014, Federico volvió a Uruguay y comenzó a dedicarse full time a Abstracta. “Al volver, armé el curso online de introducción al testing que hoy ofrecemos al público en general pero también a muchas personas a través de distintas iniciativas de impacto social como Jóvenes a Programar y ReconverTite. Al regresar de España, vine con la idea de que pudiéramos colaborar en algo con foco social”, contó Federico.
Ese mismo año, Abstracta publicó el libro, “Introducción a las Pruebas de Sistemas de Información”, con autoría de Federico Toledo y varios colaboradores; cofundó el evento de testing más importante de la región: TestingUy, en el cual se presentó oficialmente el libro; y creó el Plan de Internacionalización a Estados Unidos liderado por Sofía Palamarchuk, con apoyo económico de la ANII.
Con el tiempo, el crecimiento de Abstracta se hizo evidente, en cantidad de personas trabajando, clientes, proyectos y cultura. En 2015, el staff superaba ya las 50 personas, y se encontraba en un momento de crecimiento exponencial no solo en Uruguay y la región sino en relación a clientes recurrentes en Estados Unidos.
En 2015, Matías Reina se mudo a la localidad de Salto, y la empresa inauguró una oficina allí. “Descubrimos muchas personas con talento en Salto y decidimos darles y darnos una oportunidad. El resultado fue tan bueno que llegó un momento en el que nuestra prioridad era contratar gente de allí”, relató Matías. Sin dudas, esto se convirtió en un gran aporte para el desarrollo comunitario local.
2016 también fue un año de importantes novedades. Se realizó el lanzamiento de Abstracta Academy, un espacio que se convertiría en una plataforma clave para la formación de testing en el país. Y se creó el área de People Care, liderado por la psicóloga Vera Babat, con el objetivo de hacer foco en la salud mental y cultura organizacional en Abstracta.
Nuevos aires
En 2017, Matías Reina se convirtió en el CEO de la compañía, y Federico en el COO. Por otro lado, Vera se unió al C-suite de la empresa, en el cual ya se hallaban otras mujeres, como Laura Daguerre (Chief Sustainability Officer), y Valentina Tortarolo (actual CEO de la spin-off de Abstracta upCamp). Más adelante, Lucía Lavagna se sumaría al C-suite como Chief Growth Officer.
El ingreso de Vera representó un punto de inflexión en la historia de la compañía debido a que desde entonces lograron hacer más foco en la cultura organizacional.
Matias relató: “Gracias a Vera, empezamos a conectarnos de manera más profunda con nosotros mismos, con nuestros pares. Tomamos consciencia sobre temas de los cuales antes nos costaba reflexionar, los comprendimos de una manera más integral. Aprendimos a confiar más en cada cual; a escuchar, y buscar propósito en lo que hacemos”.
Con el mismo sentido, Federico destacó: “Gracias a sus aportes, hemos logrado llevar a cabo mejoras en el entorno laboral, en la cultura organizacional e incluso en el significado del trabajo, balance, vida familiar, y cómo todo entra en armonía. Logramos implementar grandes mejoras en nuestras ofertas laborales y en el acompañamiento del equipo con una visión más holística, con mayor empatía por aspectos humanos y de salud”.
Cuando cumplió su primera década de existencia, la empresa sumó una nueva socia, Sofía Palamarchuk, quien había liderado el Plan Internacionalización a Estados Unidos desde 2014 y había trabajado como tester de performance en múltiples proyectos desde 2013. Para este momento, la empresa contaba ya con 70 personas trabajando en diferentes países del mundo.
Sofía se sumó al directorio el 11 de enero de 2018, y fue la primera partner no fundacional de la empresa, además de la primera mujer.
“Desde mis comienzos en Abstracta, hace ya casi 10 años, siempre me sentí escuchada y valorada en los distintos roles que fui tomando. Con el apoyo y la confianza del directorio, me pude dedicar de lleno a la expansión de Abstracta y fueron años cargados de aprendizajes, desafíos y celebraciones”, esbozó Sofía.
“Mi trabajo ayudó a sentar las bases de lo que hoy es Abstracta en Estados Unidos y su reconocimiento a nivel internacional”, enfatizó. Y puntualizó: “Al asumir un rol clave en la expansión de Abstracta en Estados Unidos, tener la posibilidad de formar parte del directorio fue muy importante”.
“Me dio mucho orgullo ser la primera voz femenina del directorio, el cual siempre tuvo el tema del empoderamiento de las mujeres y equidad de género como prioridad para generar el impacto que buscamos”, exclamó.
En 2018, comenzó el modelo de franquicias, liderado por Laura Daguerre. Ese mismo año, empezó a gestarse Abstracta Chile. Y el 27 de agosto de 2019, se llevó a cabo el lanzamiento oficial de la oficina en Chile.
“Nuestros objetivos y expectativas eran posicionar la marca en Chile y potenciar la industria con nuestra propuesta. Además, replicar todos aquellos aspectos por lo que Abstracta ha sido reconocida todos estos años: buen ambiente para trabajar, vinculación con las comunidades locales, impacto social a través de sus programas de integración laboral, entre otros”, rememoró Mauricio Rojas Lagos, CEO de Abstracta Chile.
“Los primeros años fueron complejos, por las demandas sociales en Chile a fines de 2019 y, posteriormente, por la llegada de la pandemia. Pero salimos adelante y nos fortalecimos. Actualmente, estamos teniendo un crecimiento sostenido de clientes y proyectos en Chile, Perú, Colombia, México, Guatemala y Estados Unidos. Esto nos ha permitido incorporar a nuevos profesionales en forma continua”, relató.
Sin dudas, 2020 no fue un año complejo solo para Abstracta Chile, sino también para Abstracta a nivel global. Afortunadamente, esta reorganización obligada de los modos de trabajo llevó al crecimiento y la consolidación de todas las áreas de la compañía, en plena pandemia. Y así, continuamos creciendo.
Con este impulso, y la necesidad de repensar aspectos de la vida diaria desde múltiples ángulos, logramos liderar grandes iniciativas de impacto social y desarrollo comunitario, de capacitación, reconversión laboral y acompañamiento en la inserción en el mercado de trabajo. En otras palabras, logramos realizar testing de primer nivel y trabajar para todo el mundo, con una mirada social en un momento de tanta necesidad, acompañando a cada persona del equipo.
“Brindamos oportunidades donde más hacen falta a través de diferentes programas e iniciativas. A mujeres, a migrantes y a personas residentes en el interior del país. A los jóvenes, con primeras oportunidades laborales, y a mayores de 50 años que deciden llevar adelante una reconversión laboral”, especificó Federico.
Paso a paso, logramos un hito muy importante en nuestra historia: la adhesión a Pacto Global de la ONU, con foco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) “Salud y bienestar”, “Igualdad de Género”, y “Trabajo decente y crecimiento económico”.
En 2022, ya con importante camino recorrido, logramos un nivel de madurez que nos permite confiar en nuestras herramientas para superar diferentes tipos de situaciones que se van generando en el camino. Nos posibilita confiar en nuestras decisiones y estrategias, ser resilientes a las crisis y, aún con pausas, siempre seguir creciendo.
Así, hoy contamos con importantes clientes en San Francisco, California, y más de 150 personas trabajando en Abstracta desde diferentes partes del mundo, realizando aportes a la industria IT y al desarrollo de las comunidades en las que nos hallamos.
Este año, Lucía Lavagna volvió a instalarse por una temporada fuera del país, esta vez en Canadá, para ampliar sus horizontes y seguir generando redes. Y sin dudas, se sigue escribiendo la historia…
Las mayores dificultades atravesadas por Abstracta
✔️Cese de contratos por cambios de estrategias de negocios, en distintos momentos de nuestra historia. Uno de las cuales más nos afectó se dio en 2013, con GeneXus Consulting, quienes representaban el 50% de nuestra facturación de ese año, número que se convirtió en 0 en 2014.
Situaciones de este tipo nos han permitido comprobar que una de nuestras mayores fortalezas, como empresa sostenible, es la variedad de proyectos en los cuales trabajamos y la variada distribución geográfica de nuestros clientes. Esta estrategia nos hace fuertes y resilientes a las crisis.
✔️2020 — Pandemia
“Sobrevivimos la caída de muchas posiciones en diferentes clientes, manteniendo al equipo sin ningún despido incluso cuando estuvimos varios meses con margen cero. La incertidumbre de no saber cuánto más íbamos a poder sostener la situación para poder dar ese soporte a la gente que queremos dar fue algo muy duro” (Federico Toledo).
✔️2021 — Apartamiento temporal del CEO
Matías Reina tuvo que alejarse de Abstracta por un período de 7 meses por motivos de salud de su hija.
“No fue fácil para nadie. Recargó mucho a todo el equipo, en un año muy particular para todos, con una pandemia, con un momento super particular de la industria. A pesar de todo, salimos fortalecidos. El equipo salió adelante, la empresa siguió creciendo, y a mí me hicieron un aguante infinito, fueron un gran pilar para mi familia” (Matías Reina).
¿Cuál es la mayor motivación para atravesar las dificultades?
“Potenciamos tecnologías que están permitiendo hacer software de manera más rápida y con calidad, ayudamos a crear tecnología más accesible, y a que más personas tengan acceso a infraestructuras de comunicaciones. Cuando analizamos lo que hacemos en cada proyecto y con cada cliente, no pensamos solo en los productos en sí mismos sino en lo que permiten. En cómo su tecnología se extiende y mejora la calidad de vida de muchas personas”, explicó Matías.
“Nuestro mayor impacto radica en lo que permite la tecnología que creamos, y que esta tecnología sea de buena calidad”, enfatizó. Y ejemplificó: “Mediante la tecnología, ayudamos a manejar la pandemia en Uruguay de mejor manera. Ayudamos a que los maestros de la educación pública cobren en fecha y forma, y que los granjeros de México y otros países puedan comercializar mejor sus productos. Acercamos servicios financieros a más personas, promovemos que la medicina sea más intuitiva y que se creen nuevas tecnologías para nuevos tratamientos”.
Abstracta ha crecido mucho. Hoy en Abstracta se investiga sobre nuevos avances en el mundo de la calidad de software para desarrollar productos competitivos, que se convierten en nuevos negocios. Abstracta es una plataforma para un ecosistema de empresas.
Este ecosistema le abre posibilidades reales a los abstracteros y abstracteras para liderar spin-off y productos alineados a nuestros propósitos.
También se posicionan día a día como thought leaders: comparten su conocimiento y forman redes, logrando así ser parte de conversaciones sobre testing con referentes de todo el mundo.
Han logrado crear un espacio de trabajo inspirador y auténtico, donde cada integrante puede desarrollarse profesionalmente y personalmente con proyectos de alta calidad. Desde ese lugar, crean también grandes vínculos con sus clientes. Y, a su vez, promueven iniciativas que favorecen el desarrollo comunitario y mejoran la calidad de vida en las comunidades en las cuales se hallan.
¿Qué futuro imaginan para Abstracta?
Matías Reina: En 10 años me gustaría qué estemos en 5 países, bien instalados, con equipo, comprometidos con la comunidad local, acentuando cada vez más nuestros atributos más fuertes. También nos imagino estando en todas las capitales departamentales de Uruguay y en varias ciudades fuera de Santiago en Chile. En 20 años nos imagino en más países, sobre todo en Asia y Oceanía. También me encantaría que podamos estar en Nueva Zelanda, Australia y Japón.
Sofía Palamarchuk: Siento que esto es recién el comienzo, que tenemos mucho camino por recorrer y seguir aprendiendo. De aquí a 10 años veo una Abstracta mucho más grande, con equipos en distintos continentes y proyectos que mejoren la calidad de vida de las comunidades donde nos encontramos. De acá a 20 años, soñando en grande, me imagino una red de empresas tecnológicas que crecieron en Abstracta, empleando a miles de personas en Uruguay y en el mundo, formando a cientos de mujeres y dando oportunidad a que nosotras, las mujeres, tomemos un rol activo en una industria que se convertirá en el motor de las economías del mundo, en especial en Uruguay.
Fabián Baptista: Me encantaría que logremos cristalizar el conocimiento, el ingenio y el trabajo de muchos de nosotros en un producto valioso que nos posicione como referentes, con esa idea nació Abstracta. En 10 años veo a esa Abstracta reconocida como líder global de calidad trabajando en los proyectos más desafiantes y novedosos de nuestra industria.
Federico Toledo: Seguir creciendo y brindando oportunidades, cada vez mejores, más diversas, más desafiantes, y generando más impacto. Me gustaría que podamos contribuir con el cuidado del medio ambiente. Que estemos establecidos en más países, tanto en América Latina como en el resto del mundo. Que sigamos siendo referentes en calidad de software. Me gustaría que logremos generar más espíritu emprendedor, que brindemos apoyo a más personas para que impulsen nuevos espacios que estén alineados a los objetivos que tenemos, propagando los valores y principios por los que nos guiamos.
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