Mujer y latina, fue contratada como tester de performance junior por Abstracta hace casi 10 años, y muy velozmente logró realizar aportes trascendentales para el posicionamiento de la empresa en Estados Unidos. Más adelante, se convirtió en la CEO de Apptim, la primera spin off de Abstracta. Los obstáculos atravesados por cuestiones de género y origen jamás la detuvieron, y hoy se erige como ejemplo para incontables personas en la industria IT.
Sofía fue trazando su historia sobre lienzo. Emprendedora, pragmática y soñadora, solo unas palabras suyas bastan para comprender que, de alguna manera, siempre fue una visionaria, aunque ella no lo diga con esas palabras. Nació y creció en Uruguay, pero siempre soñó con viajar por el mundo y sumergirse en diferentes culturas y formas de vida.
No fue sin cuestionamientos que emprendió ese camino, sino todo lo contrario: se cuestionó cada paso incontables veces. Profundizó, analizó, y también se arriesgó. Trazo a trazo, su pluma fue creando nuevas realidades posibles no solo para ella y la compañía sino también para muchas mujeres en la industria IT.
Cuando tenía solo 8 años, fue becada por excelencia académica y pasó de estudiar 4 horas en una escuela pública a 8 horas en una privada, con inglés todas las tardes. Se trató de un gran cambio para una niña pequeña, y fue la primera vez que salió radicalmente de su zona de confort. Aún no lo sabía, pero esta experiencia marcaría su camino para siempre.
“Me ayudó mucho a salir de mi barrio y conocer otras realidades ya que el colegio privado quedaba más lejos. Yo era muy exigente conmigo misma (lo sigo siendo), y esto me llevó a probarme más de una vez: en un deporte nuevo, en un idioma nuevo y en formar amistades nuevas”, introdujo. “Mirando en retrospectiva, agradezco a mis padres por haber tomado esa decisión”.
A muy corta edad, aprendió a afrontar grandes cambios y a salir de su zona de confort fuertemente, acción que decidiría llevar adelante una y otra vez por motus propio cuando pasaran los años.
De chica, soñaba con ser cocinera o economista. “Me interesaban mucho las matemáticas, la historia y entender cómo funcionaba la economía, posiblemente porque la crisis del 2002 de Uruguay pegó fuerte en mi hogar de clase media. Mi padre se quedó sin trabajo. Fueron momentos difíciles, de mucha incertidumbre. Sin dudas, todo esto impactó en mi”.
Luego de algunas idas y venidas, eligió estudiar Ingeniería en Computación: “Aunque parezca mentira, llegué por descarte. Cuando terminé el liceo, me anoté en dos carreras: economía e ingeniería mecánica. Tiempo después, entendí que no eran para mí. Pero no entré en pánico, decidí continuar con las materias de ingeniería básicas que son compartidas por todas las ingenieras y probar con distintas materias específicas de otras carreras”.
En pocas semanas, se dio cuenta de que lo que más disfrutaba era la programación, crear cosas nuevas, probar distintas formas de llegar a una misma solución. Así comenzó su camino por la industria IT, pero no sin una necesaria pausa. Dado su fuerte deseo de viajar, frenó de estudiar por un tiempo. “Sentía que había un mundo de posibilidades fuera de Uruguay, y yo quería conocerlo. Esa curiosidad y el desafío de salir de mi zona de confort me llevaron a vivir un tiempo en otro país”, esbozó.
Le llevó más de un año ahorrar para cumplir su objetivo: estudiaba en la facultad por la mañana, trabajaba de niñera por la tarde, y como bartender los fines de semana. “Me senti muy orgullosa de haberlo logrado, porque me habia esforzado mucho”.
Según su relato, los países que por aquel entonces ofrecían visa de estudiante con opción para trabajar para personas uruguayas eran Irlanda y Nueva Zelanda. El destino elegido fue Irlanda, y decidió realizar el viaje con 3 amigas. “Estuvimos 9 meses viviendo en Dublín. Trabajábamos en bares y restaurantes, lo cual nos permitía solventar nuestros gastos y ahorrar para viajar. Luego, estuvimos 3 meses viajando por Europa como mochileras”.
Mientras elaboraba pastas caseras en Irlanda, tuvo la posibilidad de atravesar muchos procesos personales.
“Fue una experiencia que me hizo madurar muchísimo. Estaba en otro país, con 20 años, lejos de mi familia, hablando en un idioma que no era el mío y trabajando en algo para lo cual no me había preparado. Aprendí a conocerme mejor, a entender cómo manejar la frustración y el cansancio. A ser responsable y disfrutar a la vez. Tuve que tomar muchas decisiones que me dejaron aprendizajes que aún viven conmigo”.
La visa obtenida duraba solo un año, por lo cual en febrero de 2012 tuvo que regresar. Además, quería seguir estudiando y llevarlo adelante en Irlanda no era posible por cuestiones económicas: la universidad en Irlanda le resultaba tan cara que la volvía inaccesible.
De vuelta en Uruguay e inmersa en su carrera, en 2013 obtuvo su primer trabajo en la industria IT a través de la bolsa de trabajo de la universidad: tester de performance junior en Abstracta.
Trazo a trazo
Su primer día de trabajo en Abstracta fue el 1ero de abril del 2013, y nunca imaginó que todo cambiaría tanto desde entonces. Trabajó en varios proyectos en Uruguay, para clientes como BBVA, Ancap y PedidosYa. Pero enraizado con su curiosidad por comprender todo lo que emprende a fondo, comenzó a involucrarse en un rol comercial y ya no solo en la ejecución de proyectos.
“Participé en decenas de reuniones en Uruguay con el gerente comercial de Abstracta de ese momento. Y luego de muchos aprendizajes a nivel local, salí a buscar reuniones comerciales en Estados Unidos”, relató.
En 2014, Abstracta comenzó a evaluar la posibilidad de expandirse hacia Estados Unidos. A finales de ese año, Sofía lideró el Plan internacionalización USA, con apoyo de fondos públicos de Uruguay, como la ANII y Uruguay XXI. Este tipo de apoyo fue esencial para el empuje inicial.
“Decidimos poner foco en Bay Area ya que era la meca de la tecnología, y veíamos allí más oportunidades para trabajar con empresas innovadoras que estuvieran buscando un partner de calidad. En 2015, logramos ya tener varios clientes locales”, detalló. Más adelante, en 2016, se graduó como Ingeniera en Computación, y realizó muchos viajes a San Francisco con el fin de afianzar su presencia local y expandirse.
En 2017, tras conseguir la visa, se mudó a San Francisco de manera permanente, como CEO de Abstracta en EEUU. “Desde entonces, logramos consolidarnos como empresa de testing de primer nivel, con varios partners del ecosistema local que confían en nosotros, y como referentes en temas de performance, automatización y testing continuo”.
En 2018, pasó a ser socia de Abstracta, la primera socia mujer y no fundadora, con voz y voto el mismísimo directorio.
“La idea de sumar a Sofi fue gestándose desde que comenzó a liderar las iniciativas en USA. Tuvimos la fortuna de hacer un gran equipo en múltiples desafíos, tanto técnicos como comerciales y operativos. Nos entusiasmaba cada vez más contar con su talento y capacidad de trabajo. Sumar a Sofi nos hacía y nos hace mejor equipo todos los días”, expresó Fabián Baptista, uno de los fundadores de Abstracta.
“Todo su talento, su complementariedad con el equipo, su visión compartida, sus ganas de hacer grandes cosas y su gran esfuerzo para construir Abstracta hicieron posible que la internacionalización se convirtiera en una realidad. Fue algo natural que se sumara, por lo que logramos juntos y por lo que pensamos que podríamos lograr hacia adelante”, esbozó Matías Reina, coCEO y cofundador de la compañía.
“Sofi es una persona a quien admiro muchísimo. Ha logrado posicionarse tanto en la empresa como en nuestros corazones. Es un gran orgullo que se haya sumado como socia y partícipe del directorio. Sin dudas, hemos dado grandes pasos gracias a ella. Es una gran persona, con mucho empuje y coraje para soñar más y mejor”, esbozó Federico Toledo, Chief Quality Officer y cofundador de Abstracta.
Pasó el tiempo, la empresa siguió creciendo, y en 2019 a Sofía se le presentó un nuevo desafío: lanzar una nueva startup, tomando tecnología que se había comenzado a desarrollar varios años atrás en Abstracta. Se trata de Apptim, una solución para pruebas de performance de apps móviles que hoy es utilizada por más de 250 empresas alrededor del mundo. Entre ellas, Playtika, con sede en Israel, una de las compañías más grandes del mundo en mobile gaming.
“Apptim es una de las primeras empresas que salieron de Abstracta, conmigo como CEO y Fabián Baptista como CTO. Tener más spin offs con abstracteros liderándolas es parte de nuestros objetivos para 2030 en Abstracta”, especificó.
Si bien la financiación de capital riesgo se incrementó notablemente en los últimos años en Estados Unidos, ese crecimiento no fue parejo para empresas fundadas por hombres y mujeres. Según un estudio publicado recientemente por PitchBook, las compañías fundadas únicamente por mujeres obtuvieron solo el 2,4% del capital total invertido en empresas de capital riesgo en 2021 en Estados Unidos.
Según el mismo estudio, que realizó un análisis al respecto de los últimos 14 años, esta situación era bastante similar en 2019 (2,7%), año en el que Sofía comenzó a buscar inversores para Apptim en Estados Unidos. En este contexto, realizó grandes esfuerzos para lograr levantar inversiones y realizar negociaciones exitosas.
Ser extranjera, específicamente latina, y mujer, eran factores que se presentaban como desventajas ante competidores de sexo masculino, estadounidenses y de determinada formación. Pero nada la detuvo: sin contactos en los círculos de inversión ni capital para invertir, llevó a cabo exhaustivos análisis de inversores, consiguió incontables reuniones, y logró crear vínculos de confianza.
Con el estallido de la pandemia, en marzo de 2020, Sofía se fue de San Francisco y regresó a Uruguay para estar cerca de su familia. Un poco más adelante, en 2021, se casó y se mudó a Canadá, país en el cual reside actualmente. Ese mismo año, Apptim fue elegida como una de las 20 mejores startups lideradas por mujeres latinas por el programa de Google for Startups Accelerator.
– ¿Cuáles fueron tus mayores desafíos en Abstracta?
Hubo muchos. Pero, sin lugar a dudas, los más grandes fueron:
La expansión de Abstracta en EEUU
Realicé muchos viajes cuando aún me hallaba estudiando en la universidad, y más adelante me mudé a San Francisco. Aprendí haciendo, saliendo mucho de mi zona de confort, recibiendo muchos “no” de clientes e inversores, e incorporando un montón de aprendizajes. Todo con apenas 25 años.
La transición a Apptim
Fue un cambio total en doble sentido. Por un lado, tuve que desprenderme de mi rol operativo en Abstracta y todo lo que trabajé los años anteriores para la expansión en EEUU. Pero habíamos logrado armar un equipo muy comprometido, y yo sentía que dejaba todo en buenas manos. Por otro lado, tenía el desafío de lanzar un emprendimiento nuevo, darle forma casi desde cero, con una visión y misión propia, un equipo nuevo, inversión externa y muchas cosas que cambiarían mi día a día.
¿Qué sentimiento te genera saber que vayas donde vayas en el mundo, puedes seguir trabajando en Abstracta?
Me hace sentir en familia. Si me voy de mi casa, de mi país, mi familia sigue estando ahí y por más que no sepamos cuándo, sabemos que vamos a volver a encontrarnos. Siempre me gustó viajar y nunca lo oculté, todo lo contrario. Y saber que importa lo que yo quiero y que es posible alinear eso con lo que Abstracta necesita es algo maravilloso. Demuestra que realmente las personas son el centro de nuestra cultura, son las que guían los cambios.
¿Cómo impactó en tu vida trabajar en Abstracta?
Comencé a trabajar aquí hace casi una década, y siento que ya no puedo distinguir entre mi yo en Abstracta y mi yo por fuera. Lo que soy hoy es el reflejo del impacto que tuvo Abstracta en mi vida: desde las personas que conocí (hoy grandes amigos) hasta mi formación como emprendedora e ingeniera. Todo esto y mi mudanza a San Francisco permitieron que me involucrara en proyectos para traer a más mujeres al mundo de IT y abriera nuevas puertas. Literalmente, Abstracta y yo crecimos y maduramos juntas.
En estos 10 años pude cumplir grandes metas y proponerme nuevas. Además de graduarme como ingeniera, crecer en el mundo de los negocios junto a Abstracta y vivir en diferentes países, corrí maratones; empecé a hacer kitesurf y viajé por distintos países buscando el viento, como Canadá, México, República Dominicana y Brasil; realicé el camino del Inca y llegué al Machu Pichu; conocí Yosemite y muchos otras parques hermosos en Estados Unidos y Canadá; brindé charlas en conferencias frente a cientos de personas; lancé una campaña con cerveceros en Uruguay para juntar fondos para el tratamiento de cáncer de mi prima; decidí seguir una dieta vegana; conocí a mi actual esposo; y mucho más.
¿Cómo sientes que te acompañó Abstracta a lo largo de ese camino?
Gran parte de los hitos se dieron porque Abstracta acompañó decisiones que tomé en mi vida, y viceversa. Siempre traté de alinear lo que yo buscaba con lo que veía que Abstracta necesitaba, y hasta el día de hoy lo sigo haciendo. Yo soy de consultar con varias personas antes de tomar decisiones importantes. Y esto lo hice muchas veces con el equipo de Abstracta ya que tal vez mis acciones iban a impactar en mi rol. Siempre encontré el apoyo que necesitaba para poder seguir desarrollándome en todos los sentidos posibles.
Mujer y latina en la industria IT, tratando de abrir nuevas oportunidades para una empresa latina. ¿Tuviste alguna dificultad por cuestiones de género?
Sí, sinceramente, varias. En aquellos años en los que viajaba mucho a Estados Unidos, tenía cientos de reuniones por año, y tuve que acostumbrarme a que la mayoría de las reuniones en las que participaba yo fuera la única mujer y que mi voz a veces no se escuchara tan fuerte.
Históricamente, los círculos de inversores estuvieron siempre protagonizados por hombres. Entonces, muchas veces me sentí en desventaja a la hora de levantar inversiones. Las mujeres estamos en desventaja por la mera razón de nuestro sexo de nacimiento, y si somos extranjeras y latinas todo es aún mucho más díficil, por no haber estado expuestas nunca a esos círculos y no tener contactos en ellos. Pero esto nunca me desmotivó ni me frenó, todo lo contrario: de alguna manera, me desafió.
¿Cómo lograste abrirte paso en este contexto?
Primero me propuse generar un network, crear vínculos con inversores, para que me conocieran. Tuve que buscar en aquellos lugares en los cuales las barreras de entrada para las mujeres no fueran tan altas. Me enfoqué en inversores con portafolios diversos, que trabajaran conscientemente en esa dirección.
Realicé búsquedas específicas a través de diferente tipo de herramientas, para poder evaluar diferentes atributos en cada inversor. ¿Invierte en esta industria? ¿Qué tamaño de cheque maneja? ¿En qué etapas de los emprendimientos invierte? ¿En qué tipo de productos? ¿Hay mujeres en puestos de liderazgo en los emprendimientos en que invierte? ¿Hay latinas? Básicamente, estudié a los inversores que podrían potencialmente trabajar conmigo, con diferentes criterios, para poder aumentar mis chances.
Luego, aún con network y los vínculos en marcha, tenía que hacer un esfuerzo extra por hacerme escuchar y mostrar que yo era capaz de hablar al mismo nivel técnico que los demás. Evidenciar eso generaba confianza en que éramos capaces de resolver los problemas que nuestros clientes tenían. Es una realidad: las mujeres todavía tenemos que esforzarnos más para conseguir lo que queremos, al menos hasta que los sesgos inconscientes que todos tenemos cambien y la igualdad de oportunidades que buscamos se haga realidad.
Pero depende también de nosotras que esto suceda. Cuántas más mujeres nos propongamos ocupar roles de liderazgo y trabajemos por ello, más común será vernos levantando inversiones y liderando startups tecnológicas.
¿Por qué considerás que es relevante que esto suceda?
La tecnología impacta en todos los aspectos de la sociedad. Sin nuestra visión y aporte, se está dejando a la mitad de la población afuera y no se permite que aportemos valor en donde se toman decisiones que van a afectar a todas las personas. Cada vez surgen más startups con foco en productos para mujeres, hay mercados enormes y nos estamos perdiendo muchas oportunidades en áreas en las cuales las innovaciones pueden darle valor a billones de personas. Por eso las mujeres tenemos que ser parte de los desarrollos y de la toma de decisiones.
Creo que la industria de IT tiene el potencial enorme de transformar sociedades, hacia un mundo más sustentable y mejorar la calidad de vida de todas las personas. Las mujeres somos parte intrínseca de ese cambio. No podemos ser espectadoras de la transformación más grande que se está dando desde la revolución industrial, impulsada por la tecnología. Tenemos que entender de tecnología para poder aportar, crear y ser partícipes de esta transformación.
¿Qué planes y sueños tienes para el futuro?
Planifico seguir siendo emprendedora, trabajando para ayudar a más mujeres a crear sus propios negocios y motivando a más chicas a que estudien IT. Me veo en roles de madre, hija, hermana, compañera y amiga, cultivando esas relaciones, conectada con la naturaleza y la comunidad local donde viva, promoviendo valores de vida saludable, viviendo en paz y con calma.
Sueño con ver más a mujeres trabajando en IT en Uruguay, que haya más emprendedores impulsando el crecimiento económico del país, brindando mejores condiciones laborales, y moviéndonos hacia un país más sustentable, con mejor calidad de vida para todas las personas, sin distinciones de ningún tipo.
Algunas opiniones más…
“Siempre hizo tremendo trabajo, ella es inteligencia en acción. La voz de Sofi ya era relevante antes de ser socia. Era muy joven pero su compromiso y su rol excedían lo esperable en varios ámbitos. Ella creyó mucho en el proyecto y puso todo lo que pudo, marcó su impronta. Ser socia fue una consecuencia de todo lo que ya hacía, pero desde que asumió pudo tomar aún más protagonismo en las decisiones de la compañía, y esto abrió nuevas puertas para todos” (Vera Babat, Chief Culture Officer de Abstracta).
“Cambió la dinámica del directorio. Tomamos mejores decisiones con ella, siempre es muy pragmática y también muy soñadora. Sin dudas, impulsó mucho de lo que hemos hecho. Su rol inspira a mucha gente, dentro y fuera de Abstracta, en especial a muchas mujeres a emprender, a liderar en ambientes en los cuales habitualmente hay muy pocas. Su talento para entender sobre tecnología, para crear equipos y relaciones de confianza para avanzar en grandes objetivos es un modelo a seguir para todos” (Matías Reina, CEO de Abstracta).
“Sofi es una persona curiosa y exploradora, con mentalidad expansiva. Su fuerte capacidad para llevar ideas a la acción ha sido de gran valor para guiar y habilitar la innovación en Abstracta. Su forma de ver el mundo es crucial en la visión de crecimiento y expansión de la empresa. Siempre fija los horizontes más lejos. Mi admiración por ella es muy profunda: tenerla como referente de liderazgo femenino en el directorio de la empresa es más que inspirador” (Lucía Lavagna, Chief Growth Officer).
Identikit profesional
Sofía Palamarchuk se graduó como Ingeniera en Computación en 2016 en la Universidad de la República, en Uruguay, y realizó diferentes cursos de especialización: en la universidad de Maryland, en Cornell University y en la Universidad de Stanford.
Actualmente, es integrante de Girls in Tech, Female Founders Alliance, Latinas in tech, Latino Startup Alliance, Google for Startups Women Founders, Dev Founders, y Mujeres IT. Sofía ha brindado charlas y compartido su experiencia con incontables mujeres de todas las edades tanto en Uruguay como en Estados Unidos. Es cofundadora y CEO de Apptim (spin off de Abstracta), y partner de Abstracta.
Sus aportes han sido fundamentales para el lanzamiento de iniciativas de Abstracta como ReconverTite, un programa que busca apoyar a mujeres en la reconversión laboral a la industria IT; y UpCamp, una spin off que ofrece oportunidades laborales a personas sin experiencia, muchas de ellas mujeres.
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