“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”, escribió hace ya tiempo el escritor estadounidense John Steinbeck, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1962.
¿Por qué son tan importantes las vacaciones? ¿De qué formas pueden ayudar a mejorar nuestra calidad de vida? ¿Qué sucede cuando hay demasiada presión para lograr el tan ansiado disfrute?
El podcast The Everything Else dedicó un episodio completo a esta temática, de la mano de nuestra Chief Culture Officer Vera Babat, psicóloga clínica, y su cohost Mercedes Remedi, emprendedora de Inc. English Services.
Las vacaciones son esperadas por la mayoría con una sed difícil de saciar. Tengas una rutina diaria que disfrutes mucho o no tanto, las vacaciones son siempre una pausa absolutamente necesaria.
El espacio para el descanso facilita la conexión con los deseos más profundos y con la propia vulnerabilidad. Poder frenar y lograr jerarquizar la realidad desde ángulos diferentes es clave para alcanzar mayor bienestar y equilibrio. Para comprender nuestras verdaderas necesidades, hallar nuevas perspectivas y lograr reenfocarnos.
“Las vacaciones nos permiten mayor contacto con la naturaleza, tener tiempo libre para la creatividad, conectarnos con nuestros seres amados y con nosotros mismos. Posibilitan que tengamos tiempo para hacer cosas diferentes, ¡tiempo para tener tiempo! Para descansar y recuperar energías”, expresó Vera Babat en su podcast.
Son una oportunidad para frenar, disfrutar y relajarse. O al menos eso es lo que en general se espera de ellas. ¿Pero qué sucede cuando hay demasiada presión para lograr ese disfrute? ¿Cómo nos afecta?
Expectativas vs. realidad
A veces las vacaciones pueden ser estresantes, aunque se busque exactamente lo contrario. “Pasamos tanto tiempo fantaseando acerca de los días libres, que cuando finalmente estamos ahí a veces podemos tener sentimientos incómodos, como que algo no está bien”, introdujo Mercedes.
“El trabajo tiene un rol importantísimo. De alguna manera, cumple la función de organizar nuestros días y, por lo tanto, nuestras vidas”, explicó Vera. “Luego de largos períodos de hiperconectividad y de tantas tareas, se puede sentir un gran vacío cuando nos encontramos con tantos días libres”, especificó.
Por otro lado, constantemente estamos expuestos a “fotos perfectas” de las vacaciones de otras personas en las redes sociales. Así, sin ser muy conscientes de ello, podemos sentir una gran presión por cumplir con tan altas expectativas sociales, que sin darnos cuenta a veces se convierten en propias.
En este punto, es relevante comprender que lo que mostramos en las redes sociales solo representan momentos y no la realidad constante. De hecho, no hay modo de que la realidad sea exactamente igual a cada momento, ni experimentar las mismas emociones a cada instante.
Las fotos son solo fotos, y sirven para recordar luego. Es crucial no tomarlas como metas a lograr. Si lo hacemos, no estamos siendo realistas. Y eso puede afectar profundamente nuestra percepción de la realidad. Puede perjudicar nuestro disfrute y todo lo que las vacaciones sí nos pueden aportar.
Pareciera que la misma etimología de la palabra “vacaciones” exigiera ciertos ideales. ”Vacans”, en latín y en singular, es el participio del verbo “vacare”, que significa estar desocupado, o vacante. ¿Pero es acaso cierto que en las vacaciones no tenemos ocupaciones? ¿Quién cuida en ese momento a los niños, las niñas y adolescentes, que se hallan fuera de su ciclo escolar, o a otros que lo necesitan?
Las vacaciones no resultan necesariamente ese momento libre de preocupaciones como las imaginamos cuando fantaseamos con ellas. La buena noticia es que igualmente pueden ser reconfortantes, y mucho más de lo que esperamos.
Vera clarificó este punto en el podcast: “Tal como explicó Platón, todo es una representación imperfecta de las ideas. Entonces, asumamos que no todo nos va a gustar. No todo el tiempo que pasemos será ideal o como lo imaginamos. El verdadero desafío es aceptar las imperfecciones y disfrutar aún en esos momentos”.
Solo de ese modo las vacaciones pueden cumplir su función, ayudando a tener una vida más saludable de modo integral.
En una entrevista publicada en un artículo de Abbot, la neuróloga Beth McQuiston detalló: “El ‘proceso de restauración’ cuando uno se toma vacaciones también se llama ‘recuperación’: reversión de los efectos negativos del exceso de trabajo. La recuperación se produce tanto por la liberación de las demandas del trabajo, como por la participación en actividades placenteras y elegidas por uno mismo. Cuando uno está permanentemente en actividad y bajo presión, las hormonas del estrés pueden dispararse, lo que puede afectar la salud”.
Y continuó: “Cuando uno se relaja, duerme y se alimenta adecuadamente, ayuda a que la salud recupere el equilibrio. Hay muchos beneficios”.
Tips para lograr unas vacaciones restauradoras
1. Delegar
Antes de irte de vacaciones, encuentra un sistema para poder delegar tareas en tu trabajo y sentir tranquilidad de que todo estará en orden en tu ausencia. Realiza reportes y acuerdos, y busca modos de que todo esté organizado a tu regreso, con el objetivo de no estresarte llegado ese momento.
2. Practica desconectarte
Si no logras frenar y desconectarte del trabajo una vez finalizada tu jornada durante los días laborales, es difícil que lo hagas en las vacaciones. Establece límites a tu horario de trabajo, para poder realizar esa transición y lograr desconectarte más fácilmente luego en tus días de descanso. Practica también apartarte un poco del teléfono, no utilizarlo constantemente. Puedes recurrir al mindfulness o prácticas similares.
3. Maneja tus expectativas
Sé realista y amable con tu propio ser. Tener altas expectativas y luego no cumplirlas puede generarte angustias innecesarias. Está bien hacer planes si así lo deseas, pero también deja que las cosas sucedan, que fluyan.
Una buena idea para no tener tantas expectativas es no tomar todas las vacaciones juntas una vez al año. Luego de un año entero, es fácil que tu necesidad de días libres sea demasiado fuerte y tus expectativas sean muy difíciles de cumplir.
Si te resulta posible, prueba tomar al menos algunos días para desconectar y descansar en otro momento del año, hacer algo especial que te permita conectarte con el placer y el ocio.
4. Regreso
Cuando vuelvas de tus vacaciones, evita empezar a trabajar de inmediato. Date tiempo para transicionar, para volver a casa y regresar lentamente a tu rutina.
Organízate, acepta la nueva realidad. Aprovecha para repensar el modo en que trabajas y que organizas tu vida en general: tus momentos de ocio y placer, los espacios para ti y tus seres amados, el modo en que te alimentas, duermes y haces actividad física.
Enfócate en el propósito de tu trabajo más allá del económico; analiza cómo hacer para que tu trabajo sea significativo para ti y para las personas de tu comunidad. Aprovecha la oportunidad para reenfocar desde un lugar diferente, y así encarar tu rutina con energías renovadas.
¿Te resultaron útiles los tips? ¡Cuéntanos en los comentarios cómo te preparas para tus vacaciones! Nos gustaría saber si te sirvieron las recomendaciones o si tienes nuevas para aportar.
Te invitamos a escuchar el episodio completo “Summer Edition: The one about why holidays can be tough”, de la mano de nuestra Chief Culture Officer Vera Babat, psicóloga clínica, y su cohost Mercedes Remedi, emprendedora de Inc. English Services.
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