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Métricas de calidad de software: ¿cómo medir tu impacto?

Descubre qué son las métricas de calidad de software, cómo aplicarlas y qué impacto tienen en el desarrollo, la gestión de tus proyectos y la experiencia del cliente.

Imagen: ¿Cómo usar métricas de calidad de software para mejorar tus procesos?

En un proyecto de software, las percepciones engañan. Podemos sentir que todo marcha bien, pero si no medimos, ¿cómo saberlo con certeza? ¿Por qué hablar de métricas de calidad de software hoy?

Los defectos que nadie ve, los cuellos de botella que se arrastran sprint tras sprint, la deuda técnica que crece en silencio… Todo eso se oculta a simple vista. Y ahí es donde las métricas marcan la diferencia.

No hablamos de números fríos, sino de una manera concreta de ver lo que está pasando, de identificar oportunidades de mejora antes de que los problemas estallen. Números que nos permiten entender, por ejemplo, si las entregas son sostenibles, si el código es mantenible o si lo que lanzamos realmente satisface a quienes lo usan.

Medir bien también implica cuestionar qué se está midiendo, para qué y con qué impacto. En Abstracta diseñamos estrategias de desarrollo y testing con foco en métricas, para que cada decisión se base en datos reales. ¡Conoce nuestras soluciones y contáctanos!

¿Qué son las métricas de calidad de software?

Imagen: ¿Qué son las métricas de calidad de software?
Seguridad
Estabilidad
Mantenibilidad
Velocidad
Errores en producción
Funcionalidad

Las métricas de calidad de software son formas de poner en palabras —y en números— el estado real de un sistema. Evalúan distintos aspectos: desde qué tan bien funciona el código hasta qué experiencia tienen las personas al interactuar con él.

A menudo se cree que la calidad es algo abstracto. Pero en realidad, tiene muchas caras y se puede observar desde distintos ángulos: ¿Es fácil de mantener? ¿Tiene errores en producción? ¿Las funcionalidades cumplen lo prometido? ¿Es rápido? ¿Estable? ¿Seguro?

Las métricas permiten ir más allá de la intuición. Son aliadas para responder preguntas clave, priorizar tareas, ajustar estrategias y, sobre todo, mejorar en cada iteración. Lo importante no es tener métricas “perfectas”, sino contar con aquellas que nos acercan a lo que queremos lograr.

¡No te pierdas este artículo! Métricas DORA en DevOps: Maximiza tu rendimiento en TI!

Tipos de métricas de calidad de software

Imagen: Tipos de métricas de calidad de software

1. Métricas del producto

Cuando queremos entender cómo está construido un sistema por dentro, estas métricas nos ofrecen un mapa que nos permite analizar la complejidad de las líneas de código, su estructura, estabilidad y nivel de cobertura.

  • Complejidad ciclomática: mide la cantidad de caminos lógicos posibles en el código. A medida que ese número crece, crecen también las dificultades para probar, mantener o modificar ese bloque. En equipos que buscan escalar rápido, monitorear esta complejidad permite anticiparse a problemas que, de otra manera, explotarían más adelante.
  • Cobertura de pruebas: indica qué porcentaje del código está cubierto por pruebas automatizadas. No se trata de llegar al 100 %, sino de cubrir lo que más importa: las funciones críticas, los flujos de negocio clave, los puntos de mayor riesgo.
  • Densidad de defectos: número de errores encontrados por cada mil líneas de código. Ofrece una radiografía de calidad por módulo o componente. Si la medimos con regularidad, podemos identificar patrones: hay módulos que acumulan errores con más frecuencia. Eso puede revelar deuda técnica, diseño apresurado o falta de validación. Con esa información, podemos enfocar mejor los esfuerzos de mejora.

2. Métricas del proceso

Estas métricas no hablan del producto, sino de cómo lo construimos. Apuntan a evaluar la eficiencia y efectividad del proceso de desarrollo. Nos ayudan a ver cómo fluye el trabajo, cómo se resuelven los problemas y cómo evoluciona la colaboración en el equipo.

  • Tasa de defectos abiertos vs. cerrados: permite visualizar el progreso del equipo en la resolución de problemas. No se trata solo de contar bugs, sino de entender si estamos gestionando los errores de forma efectiva. Si el número de defectos abiertos crece más rápido que el de cerrados, algo está frenando el proceso: puede ser falta de foco, escasez de testers o un cuello en la validación.
  • Lead time: es el tiempo que pasa desde que se solicita una funcionalidad hasta que se entrega. Nos permite ver qué tan fluido es el desarrollo. Cuando ese tiempo se estira, hay que mirar qué está pasando en cada etapa: análisis, desarrollo, pruebas, revisión. A veces, el problema no es la tarea en sí, sino los espacios entre tareas.
  • Velocidad del equipo: mide cuántos puntos de historia o tareas se completan por iteración. Refleja la capacidad de entrega. Pero ojo: esta métrica no es un objetivo en sí. Su valor está en cómo cambia en el tiempo, y en cómo se vincula con la calidad de lo entregado.

3. Métricas de calidad externa

Estas métricas vienen de fuera hacia adentro. No las genera el equipo, sino las personas que usan, prueban o interactúan con el software en la vida real, como usuarios y stakeholders.

  • Satisfacción del cliente: puede medirse mediante encuestas, NPS, entrevistas cualitativas, feedback directo o análisis de soporte. Es una de las métricas más reveladoras porque nos facilita entender la forma en que ek producto responde a las expectativas.
  • Tasa de fallos en producción: se refiere a los errores reportados luego del despliegue, que se escapan del entorno de pruebas. Esta métrica tiene una relación directa con la confianza que genera el producto. Si los incidentes son frecuentes o graves, algo en el proceso de validación necesita atención urgente.
  • Tasa de adopción: nivel de uso del producto o funcionalidades específicas. ¿Se está usando lo que construimos? ¿Cuánto tiempo pasa desde que lanzamos una funcionalidad hasta que tiene impacto real? Medir esto nos permite evitar desarrollos costosos que luego nadie utiliza.

Las métricas de calidad de software en desarrollo ágil: una conversación que suma

Imagen: Las métricas de calidad en desarrollo ágil

En entornos ágiles, las métricas no son un informe que se comparte al final. Son parte de las conversaciones del día a día. Cuando un equipo integra las métricas a sus rituales —como las retrospectivas o las planificaciones— empieza a tomar decisiones con más contexto.

¿Cuál es el objetivo de darles tal visibilidad a estas métricas? Nos ayudan a refinar la estrategia, a mejorar sprint tras sprint en base a datos reales y no a la intución. Por ejemplo, gracias a ello, es posible comrpender por qué bajó la velocidad, por qué aumentaron los errores, o por qué una funcionalidad no se usa como esperábamos. Las métricas de calidad de software no dictan el rumbo, pero ayudan a trazarlo con más claridad.

En nuestra experiencia, los equipos que se apropian de sus métricas desarrollan una cultura de colaboración y de trabajo sinérgico. Identifican problemas antes de que escalen. Y celebran logros con evidencia concreta.

En entornos donde buscamos entregar valor de forma continua, medir velocidad y estabilidad es clave.
Por eso, cada vez más equipos integran las métricas DORA como parte de su estrategia.

Métricas DORA: velocidad, estabilidad y valor real

Las métricas DORA (DevOps Research and Assessment) son un conjunto de indicadores que se enfocan en medir dos aspectos clave de los equipos DevOps: la velocidad con la que ese entregan cambios y la estabilidad del sistema tras cada despliegue.

En Abstracta, ayudamos a nuestros clientes a implementar y optimizar estas métricas en cuatro pasos: 1. Evaluamos el punto de partida: analizamos el flujo actual y definimos valores base para cada métrica DORA.
2. Integramos herramientas: configuramos soluciones como Git, Jenkins o Grafana para capturar datos automáticamente.
3. Monitoreamos en tiempo real: visualizamos las métricas en dashboards compartidos para detectar patrones y desvíos.
4. Aplicamos mejoras iterativas: usamos los datos para ajustar procesos, automatizar tareas y optimizar la entrega.

Lo hacemos combinando automatización, testing continuo e inteligencia artificial para crear agentes que resuelven tareas repetitivas. Este enfoque nos ayuda fortalecer la cultura DevOps, promueve la colaboración y acelera la entrega de valor, siempre con foco en calidad.

Te invitamos a profundizar en métricas DORA en este artículo.

¿Cómo elegir las métricas de calidad de software correctas?

Imagen: ¿Cómo elegir las métricas correctas?

La elección de métricas requiere reflexión, contexto y propósito. Compartimos algunas claves que trabajamos junto con nuestros clientes y equipos:

Definir objetivos claros

Antes de elegir qué medir, es importante que entiendas para qué quieres hacerlo. ¿Buscas reducir defectos? ¿Entregar más rápido? ¿Mejorar la experiencia? Un objetivo bien formulado te permite seleccionar métricas útiles, no decorativas.

Adaptarse al momento del proyecto

No es lo mismo medir en una etapa inicial que en un producto maduro. En los comienzos, quizás puede interesarte más la velocidad de validación. Más adelante, la estabilidad y el rendimiento son las que suelen ganar peso. Elegir las métricas adecuadas implica conocer el momento en que estamos.

Evitar la saturación

Más métricas no siempre significan más claridad. Un exceso de datos te puede confundir, desviar el foco o desgastar a tu equipo. Es mejor tener pocas métricas, pero que te hablen de lo que tu equipo y proyecto necesitan.

Conectar lo técnico con lo estratégico

Una métrica de código puede ser muy relevante, pero si no se vincula con el impacto en el negocio, su valor queda limitado. ¿Qué significa para la empresa que una cobertura de pruebas pase del 40 % al 75 %? ¿Cómo se traduce eso en menos errores o mayor confianza del cliente?

Iterar, ajustar, evolucionar

Las métricas no son eternas. Sirven mientras responden preguntas útiles. Cuando dejan de hacerlo, se cambian. A veces, una métrica que fue clave en una etapa, ya no aporta valor. Lo importante es mantenerlas vivas, al servicio del equipo.

Herramientas y buenas prácticas para una medición efectiva

Infografía: 
Herramientas y buenas prácticas para una medición de métricas efectiva

Automatizar la recolección de datos

Integrar en rutinas diarias

Visualizar métricas

Enfocarse en el aprendizaje

Medir bien depende de elegir las métricas adecuadas, pero también requiere procesos, herramientas y, sobre todo, cultura. A continuación, detallamos algunas prácticas que recomendamos en Abstracta:

  • Automatizar todo lo posible: Si obtener una métrica demanda mucho esfuerzo, no será sostenible. Herramientas como SonarQube para calidad de código, Jira para gestión de tareas o TestRail para pruebas permiten recolectar datos sin fricción.
  • Visualizar para compartir: Las métricas no deben vivir en hojas de cálculo aisladas. Un buen dashboard, visible y claro, facilita el diálogo entre roles técnicos y de negocio. Ver la evolución ayuda a tomar decisiones en conjunto.
  • Hacerlas parte del día a día: Si las métricas solo aparecen en los informes mensuales, pierden poder. En cambio, si se revisan en cada retro o demo, se convierten en brújula. El equipo empieza a verlas como aliadas.
  • Cuidar el sentido, no el número: No midas solo para rendir cuentas, sino para aprender. Si una métrica genera desconfianza o competencia interna, hay que revisar cómo se está utilizando. El valor está en la conversación, no en la cifra aislada.

Métricas según la industria y la madurez del equipo

Cada industria opera bajo distintas condiciones, objetivos y marcos regulatorios. Y cada equipo transita su propio camino de madurez. Por eso, es importante diseñar una estrategia de métricas de métricas de calidad de software adaptada a cada realidad potencia el impacto de cada dato.

Cómo varían las métricas de calidad según la industria

En el sector financiero, las prioridades están en la confiabilidad, la seguridad y el cumplimiento de estándares regulatorios como PCI-DSS. Allí, métricas como la tasa de defectos en producción, la severidad de fallos reportados y la cobertura de pruebas de regresión tienen un lugar central.

En el ámbito de la salud, el foco pasa por la trazabilidad, la precisión en el manejo de datos y la interoperabilidad. Se mide la disponibilidad del sistema, los tiempos de respuesta ante incidentes, y la validación de datos clínicos. Aplicar métricas alineadas con estándares como HIPAA o HL7 facilita no solo la mejora continua, sino la confianza en los sistemas que gestionan información sensible.

En ecommerce, donde el rendimiento y la experiencia son clave, las métricas se centran en la velocidad, la conversión y la estabilidad durante picos de tráfico. Se mide el tiempo de carga de páginas, los errores funcionales por dispositivo, y el tiempo entre despliegues exitosos.

Cómo varían según la madurez del equipo

Equipos que están dando sus primeros pasos en calidad suelen centrarse en la visibilidad básica: número de bugs por sprint, tiempos de resolución, o errores evitables. A medida que crecen, empiezan a trabajar con cobertura de pruebas, lead time, repetibilidad de pruebas automatizadas o ratios entre bugs encontrados en QA y en producción.

En equipos más avanzados, las métricas se conectan con indicadores de negocio: satisfacción de usuarios (CSAT, NPS), coste de la no calidad, predicción de riesgos. En esta etapa, el enfoque ya no está solo en ver qué pasa, sino en anticiparse.

¿Y cómo llevar esto a la práctica?

Desde Abstracta, acompañamos a equipos de distintos niveles de madurez a construir su propio mapa de métricas. Consideramos:

  • La industria en la que operan
  • El tipo de producto que desarrollan
  • Su cultura organizacional
  • Los recursos con los que cuentan

Así, las métricas dejan de ser una carga y se convierten en una herramienta estratégica, flexible y útil.

Métricas en acción: casos reales por industria

Hablar de métricas tiene sentido cuando podemos ver cómo se aplican en contextos concretos. A lo largo de los años, en Abstracta colaboramos con empresas de distintas industrias que enfrentaban desafíos específicos. En cada caso, adaptar la estrategia de métricas fue clave para avanzar.

Finanzas: prevenir errores antes de que afecten al cliente

En el sector financiero, los errores se traducen en pérdidas económicas, problemas regulatorios y pérdida de confianza. Uno de nuestros clientes, una entidad bancaria regional con fuerte presencia digital, enfrentaba una creciente cantidad de defectos reportados en producción. Esto afectaba directamente a operaciones clave como transferencias, pagos y actualización de datos.

Implementamos un enfoque centrado en estándares de calidad del código, cobertura de pruebas y tasa de fallos en producción. Integramos SonarQube en sus pipelines de CI/CD para identificar vulnerabilidades y duplicaciones antes del despliegue. Al mismo tiempo, trazamos un mapa de módulos críticos y cruzamos la densidad de errores históricos con la cobertura de pruebas existente.

El resultado fue contundente: en seis meses, la cantidad de incidentes graves cayó un 65 %. Pero más importante aún, el equipo adoptó una cultura de QA basada en datos.

Healthcare: visibilidad sobre flujos complejos y críticos

En una empresa de software para gestión clínica, el desafío no era la cantidad de errores, sino su impacto. Cada bug podía afectar la programación de una cirugía, el acceso a historias clínicas o la entrega de resultados de laboratorio. Además, los sistemas eran complejos, con muchos actores involucrados: hospitales, laboratorios, aseguradoras, pacientes.

En este caso, lo que marcó la diferencia fue integrar métricas del proceso, especialmente lead time, retrabajo y cuellos de validación, con métricas de adopción de funcionalidades. Medimos el tiempo total desde la solicitud de un nuevo flujo de registro hasta su uso efectivo en campo, con capacitaciones y soporte.

Gracias a estas métricas, detectamos que buena parte del tiempo se perdía en la transferencia entre QA y soporte, donde los usuarios no comprendían bien los cambios. Esto nos llevó a diseñar soluciones de acompañamiento con recursos visuales y sesiones prácticas, lo que redujo el tiempo de adopción a la mitad.

Ecommerce: decisiones ágiles con datos en tiempo real

En el comercio electrónico, el tiempo lo es todo. Un fallo en la pasarela de pago, un filtro que no funciona, una búsqueda que no arroja resultados… Cualquier detalle puede representar miles de dólares en ventas perdidas.

Para una plataforma de retail con operaciones en varios países, implementamos un tablero en tiempo real que integraba datos de errores, métricas de rendimiento, tráfico y comportamiento de usuarios. Cruzamos indicadores técnicos con resultados de negocio: por ejemplo, una caída en la tasa de conversión podía estar asociada a una regresión que afectaba el buscador.

El uso de métricas nos permitió alinear QA con objetivos comerciales y priorizar regresiones de alto impacto. También nos facilitó una mayor colaboración entre equipos de desarrollo, producto y marketing, ya que era posible hablar en el mismo lenguaje: el de los datos. En fechas clave como un Cyber Monday, este enfoque nos permitió reaccionar en minutos, no en horas.

¿Existen métricas que hacen daño?

Hay una dimensión que pocas veces se discute abiertamente: no todas de calidad de software aportan valor, y algunas incluso pueden hacer daño. Cuando una métrica se interpreta sin contexto, se persigue de forma aislada o se convierte en el fin en lugar del medio, deja de ser útil y empieza a generar tensiones.

Puede pasar que una cifra alta nos dé tranquilidad, pero no refleje la realidad. O que el equipo se sienta evaluado por números que no cuentan toda la historia. Incluso que una decisión bien intencionada, como medir el rendimiento individual, termine generando desconfianza o competencia interna.

Por eso, además de definir buenos indicadores, es fundamental revisarlos con regularidad, para ver cómo evolucionan y entender qué impacto están teniendo en las dinámicas del equipo, en los procesos y en la calidad real del producto.

Algunas señales que conviene observar:

🛑 Métrica inflada sin impacto real
Un valor alto puede dar una falsa sensación de control. Por ejemplo, un equipo enfocado en subir la cobertura de pruebas automatizadas puede alcanzar un 90 %, pero si esas pruebas no detectan errores relevantes o se ejecutan sobre funcionalidades poco críticas, el número pierde sentido. El problema no es medir, sino no cuestionar lo que estamos midiendo. Las métricas deben estar al servicio del valor, no del número en sí.

🛑 Comparaciones internas sin contexto
Medir el rendimiento individual puede ser útil para tomar decisiones, identificar necesidades de apoyo o reconocer aportes. Con métricas sin contexto, o usadas como único parámetro para evaluar a las personas, corremos el riesgo de deshumanizar el trabajo. No todas las tareas se miden igual ni todos los perfiles aportan de la misma forma. Comparar sin comprender puede erosionar la confianza interna y fomentar dinámicas que afectan la colaboración.

🛑 Fijación con el número, pérdida del propósito
Si una métrica se convierte en el objetivo en lugar de ser una herramienta, se pierde el foco. Bajar el lead time, por ejemplo, puede parecer deseable, pero si eso lleva al equipo a acelerar análisis, saltear validaciones o minimizar documentación, el impacto final puede ser peor. El problema no es optimizar, sino hacerlo a costa de decisiones apresuradas. Las métricas deben guiar, no reemplazar el criterio.

Cuando una métrica empieza a generar más ruido que claridad, es hora de pausar, revisar y decidir si sigue teniendo sentido. Es crucial medir, pero siempre hacerlo con objetivos claros y una visón holística.

Conclusión: medir es aprender

Imagen ilustrativa sobre conclusión acerca de métricas de calidad de software

Medir calidad es una forma de tomar decisiones con intención. No se trata de registrar todo, sino de observar lo que realmente influye en cómo se construye, cómo se entrega y cómo se usa el software.

Cada métrica representa un acuerdo: qué valoramos, qué queremos mejorar, qué impacto buscamos. Si están bien elegidas, nos ayudan a identificar desvíos, anticipar problemas y alinear el trabajo técnico con objetivos concretos del negocio.

También nos obligan a priorizar. Nos muestran si estamos resolviendo lo que más importa, si el equipo está sobrecargado o si estamos invirtiendo tiempo en soluciones que no generan retorno.

Medir con propósito es el primer paso para mejorar con impacto, y las métricas DORA son una aliada clave en ese camino. Al medir velocidad y estabilidad, nos permiten tomar decisiones estratégicas para mejorar continuamente y entregar valor real.

Desde Abstracta, promovemos una forma de trabajar donde la calidad no es una etapa, sino una práctica cotidiana. Y donde las métricas no son un trámite, sino una herramienta poderosa para avanzar mejor.


FAQs sobre métricas de calidad de software

Ilustración: FAQs sobre métricas de calidad de software

¿Qué son las métricas de calidad del software?

Son indicadores que nos permiten evaluar el nivel de calidad de un sistema desde distintas dimensiones: funcional, técnica, operativa, de experiencia e incluso de negocio. Aportan información clave para tomar decisiones basadas en datos dentro del desarrollo de software, y permiten identificar factores que afectan la estabilidad, usabilidad o rendimiento de un producto.


¿Cuáles son los tipos de métricas de calidad de software?

Se agrupan en tres grandes bloques: métricas del producto (por ejemplo, complejidad del código o cobertura de pruebas), del proceso (como el lead time o la tasa de defectos) y externas (como la satisfacción de usuarios o la adopción del sistema). Cada tipo aporta una evaluación específica y complementaria dentro del marco del control de calidad.


¿Cuáles son los 7 indicadores de calidad más comunes?

Según el modelo ISO/IEC 25010, los atributos de calidad clave son: funcionalidad, fiabilidad, usabilidad, eficiencia, mantenibilidad, seguridad y portabilidad. Cada uno puede abordarse con métricas específicas aplicadas en distintas etapas del ciclo de vida del software.


Cómo podemos ayudarte

Ilustración de Abstracta: Cómo podemos ayduarte

Con más de 16 años de experiencia y presencia global, Abstracta es una empresa líder en soluciones tecnológicas, especializada en servicios de pruebas de software y desarrollo de software con IA.

A lo largo de nuestro trayecto, hemos forjado alianzas estratégicas con líderes de la industria tales como  Microsoft, Datadog, Tricentis, Perforce y Saucelabs, e incorporamos tecnologías de vanguardia como parte de nuestros servicios.

¿Querés repensar cómo tu equipo mide la calidad? Contáctanos. Podemos ayudarte a diseñar una estrategia de métricas que se ajuste a tu realidad, tus desafíos, tu industria y tu cultura.

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